Porque mi madre me regaló una camiseta blanquiazul -cuando era pequeño no era como ahora que son idénticas- en duda con una rojiblanca por el Athletic y ya, desde ahí me quedé seguidor de la Real.
Hasta los 6 años no me gustaba el futbol, pero a esa edad estuve ingresado 50 días, y uno de los regalos que recibí fue un traje de la real firmado por todos y condedicatoria de Gari Uranga. Desde entonces soy tan de la real como mi padre